Conclusión
Después del presente esquema, se concluye que el ratón ha sido mejorado a lo largo de los años satisfaciendo la demanda del usuario. Desde el sistema de dirección hasta el sistema de conexión.
El sistema de dirección ha sido simplificado y mejorado, permitiendo una mayor fiabilidad, por ello, desde principio del siglo 20, el anterior método, compuesto por una esfera que rozaba con la superficie de apoyo y enlazaba los movimientos con la entrada, fue sustituido por un láser, más funcional y fiable. Sin embargo este procedimiento está lejos de ser ideal, pues es demasiado dependiente a una superficie lisa y con un nivel de reflexión muy específico. Por esta razón, los ratones siguen estando casi siempre acompañados de una alfombrilla adherente. Desde mi punto de vista, el usuario considera tedioso y suprimible este elemento.
Con respecto al sistema de conexión, el diseño atendió a la necesidad del usuario de prescindir de un cable, dando al consumidor libertad de movimiento y ataduras. Este método puede ser tanto bluetooth como wifi, siendo el bluetooth más frecuente, debido a que se trata de una conexión entre el dispositivo y el ratón, sin necesidad de contar con una red de internet disponible. Considero este sistema infalible y muy útil para el usuario.
La estética y el resto de elementos de entrada son inamovibles prácticamente desde el modelo inicial de ratón. Un soporte, dos teclas y la rueda de scroll, estando este último ausente en algunos modelos. El sistema de selección de dos botones es algo que el usuario medio tiene interiorizado desde las primeras interacciones con un ordenador, pero eso no significa que sea infalible, actualmente, el método de entrada que más utilizamos día a día es a pantalla táctil, se podrían utilizar algunos métodos de esta modalidad de entrada, como el pulso prolongado, que en muchas ocasiones sustituye al botón derecho, o un scroll táctil en la superficie, que nos permitida prescindir de la rueda.
Por todo lo relatado, considero que el ratón es un elemento que sigue en evolución hasta su mejor versión para la funcionalidad desde el punto de vista de usuario. Algunos de sus elementos, a priori, parecen “imperfeccionables”, otros, siguen en mejora en la mente de diseñadores. La forma de comunicarnos con nuestros dispositivos cotidianos sigue en fase de desarrollo